"Hoy vivimos el mayor desastre forestal de la historia del país"
Este podría ser o titular do último gran incendio de Portugal, o cal a estas horas todavía está sin extinguir e que desgraciadamente pasa por ser un dos máis dramáticos vividos por ese país. Este gran incendio ven de provocar a perda de polo menos 64 vidas humanas, numerosos feridos e cuantiosas perdas económicas para todos os veciños afectados. A realidade é que este titular corresponde a unha noticia publicada o 25-01-2017 no diario "El Mostrador" de Chile en plena campaña de incendios nese país, pero tamén podería ser un titular de calquera diario galego ou español, lamentablemente acostumados a dar noticias sobre incendios forestais.
A problemática dos incendios forestais é similar en territorios con extensas plantación de monocultivos de especies arboreas altamente perigosas, en especial os ecucaliptos.
Nas últimas décadas as plantacións de eucaliptos ocupan grandísimas extensións en paises como Portugal, España, Chile, Uruguay, Brasil, etc. A falta de un adecuado ordenamento e limitación das súas plantacións, xunto coa falta de limpeza e mantemento axeitado, engadido as altas temperaturas fai que se repita a traxedia en todos estes paises.
Os intereses para seguir mantendo este sistema de producción forestal son tan grandes que non atopan moita dificultade para distorsionar a información e a realidade do problema.
Mentras non consigamos mudar está situación; reducindo as plantacións de este tipo de árbores, aplicando métodos axeitados de control das mésmas, a plantación de especies autóctonas é a aplicación de políticas de conservación do agro e de poblacións rurais, seguiremos a padecer esta traxedia ecolóxica e desgraciadamente incluso humana.
Que cada quen quite as suas propias conclusións pero non deberíamos seguir mirando para outro lado e decir que foi unha fatalidade, un raio, as altas temperaturas, os pirómanos ..., efectivamente esas situacións están e seguiran estando ahí si ben algunas poderanse controlar, pero o grave do problema son as circunstancias de partida, as políticas forestais a sua aplicación e as correctas medidas de prevención e control.
Amosamos un ártigo publicado no diario "El Mostrador" de Chile en plena campaña de incendios de ese país, aunque na realidade poderíase aplicar a moitos outros paises na mesma situación, uns con máis medios de extinción e mellor organizados pero as causas son moi semellantes.
O ciclo da "pasta" repitese en todas partes, "pranta, queima, apaga" ...
Recuperado de:
www.elmostrador.cl 25-01-2017
Hoy vivimos el mayor desastre forestal de
la historia del país. Así de tajante fueron las declaraciones de la
Presidenta Michelle Bachelet. Las imágenes de enormes llamaradas de
fuego se repiten en los noticiarios en una seguidilla de olas de calor
que, junto a los vientos moderados de 30 km/h, son una combinación para
el incendio perfecto.
Si se tiene una perspectiva amplia del
problema, se puede estar de acuerdo, como así ha sido transversalmente,
que estamos en presencia de una situación multifactorial: variadas son
las causas y las soluciones. Sin embargo, es imposible pasar por alto el
denominador común de muchos de los sitios que hoy en día están en
llamas: paisajes dominados por eucaliptos y pinos.
Estos monocultivos, erróneamente llamados
bosques, poseen características pirofílicas, lo que las hace estar
adaptadas a condiciones de fuego e incluso a propagarlo, dada su
estructura natural de corteza y compuestos orgánicos. Junto a ello,
provocan una disminución en la humedad de los suelos, a diferencia de
los bosques naturales o nativos de la zona centro-sur, que mantienen la
humedad, lo que permitiría retrasar la expansión de los incendios.
Chile, como país exportador de materias
primas, desde la década de los 80 ha decidido estimular las plantaciones
de estas especies exóticas. Con instrumentos legales neoliberales, como
el Decreto de Ley 701 (el mismo cuestionado por la colusión del
confort), ha impulsado su expansión, subvencionando grandes, medianas y
pequeñas empresas forestales. Sin embargo, hoy nos pisamos la cola, al
enfrentarnos a ecosistemas apestados de especies exóticas propensas a
extender el fuego y sin una correcta planificación urbana y periurbana
de ciudades contiguas a estos monocultivos.
Las declaraciones hechas por el alcalde de
Valparaíso, Jorge Sharp, de eliminar la presencia de eucaliptos,
generaron la alarma de varios ingenieros forestales, muchos de los
cuales criticaron la medida por no tratarse del único factor. Como se
menciona anteriormente, al ser un problema multifactorial, muchas son
las causas, pero no cabe duda que la política nacional de estímulo a
especies pirofílicas trae consecuencias nefastas para la propagación de
incendios.
Por otro lado, los científicos ecólogos, agrupados en la Sociedad Chilena de Ecología (SOCECOL) ya han declarado su respaldo a las medidas como las anunciadas por el alcalde Sharp, replicadas
también por la Sociedad Chilena de Socioecología y Etnoecología
(SOSOET), entre las cuales se encuentra la restauración con bosque
nativo y reducir la cantidad de combustible de especies asociadas a
regímenes de fuego, como lo son el pino y eucaliptus.
Sin duda hace falta mayor conocimiento
científico con respecto a este tipo de fenómenos. No obstante, no
debemos desconocer la irresponsabilidad política y ecológica que hemos
tenido como país. Hemos dejado al arbitrio de los empresarios forestales
la planificación y ubicación de estos monocultivos sin un control
adecuado por parte del Estado. Hoy en día, dada la magnitud de la
catástrofe, llegó la hora de generar acciones concretas en pos de una
institucionalidad robusta. Es menester controlar este tipo de
plantaciones, así como también restaurar nuestros ecosistemas nativos de
la zona centro-sur de Chile.